MINI Cooper 3 puertas: el icónico rebelde que se resiste a la era de los SUV
En un mercado dominado por SUVs voluminosos y hatchbacks de cinco puertas, MINI mantiene en primera línea a su clásico Cooper 3 puertas, reivindicando el formato compacto, ágil y orientado al placer de conducir.
Cuando la tendencia apunta a autos cada vez más grandes, altos y con más puertas, el MINI Cooper 3 puertas se mantiene fiel a una fórmula distinta: cuatro plazas, entre 210 y 725 litros de maletero según configuración, motores entre 156 y 230 HP (Considerando la versión JCW) y un diseño inconfundible.
Un modelo que demuestra que sigue habiendo espacio para los compactos de tres puertas en un mundo enamorado de los SUV.
Rebelde en un mundo de cinco puertas
La lógica de mercado parece clara: más puertas, más metros, más volumen. Sin embargo, MINI insiste en ofrecer una alternativa distinta con el Cooper 3 puertas, un hatch compacto que prioriza la agilidad urbana y el diseño icónico por sobre la talla XXL.
Con cuatro asientos y un maletero que va de 210 a 725 litros gracias al respaldo trasero abatible en proporción 60:40, el modelo combina formato contenido con una dosis sorprendente de funcionalidad diaria.
Las tres puertas no son una concesión sino una declaración de principios: un automóvil pensado para quien valora la experiencia al volante tanto como la practicidad. Frente a la homogeneidad visual de muchos SUVs actuales, el MINI Cooper 3 puertas sigue siendo reconocible de inmediato, manteniendo viva una silueta que ya es parte del paisaje automotriz moderno.
“En un mercado donde todo tiende a crecer en tamaño, el MINI Cooper 3 puertas es nuestra forma de recordar que menos puede ser mucho más”, comenta Sebastián Dañil, Gerente de MINI Chile. “Sigue siendo el corazón de la marca: compacto, ágil y fiel al espíritu que nos acompaña desde 1959, ahora con la tecnología, la conectividad y la seguridad que exige el conductor de hoy”.
Compacto por fuera, contemporáneo por dentro
En la generación actual, el MINI Cooper 3 puertas se presenta como “el renacimiento de un icono”, con un diseño que refina las proporciones clásicas y una estética que mezcla herencia y modernidad.
Su longitud de 3.876 mm, anchura de 1.744 mm y un diámetro de giro de 10,9 metros refuerzan su vocación urbana: fácil de estacionar, manejable en espacios reducidos y muy apto para la ciudad latinoamericana típica, de calles angostas y estacionamientos ajustados.
El interior apuesta por un enfoque minimalista y digital: superficies limpias, mandos reducidos y un ambiente centrado en la gran pantalla circular central y en las posibilidades de conectividad. Los diferentes niveles de acabado permiten personalizar el estilo del habitáculo, reforzando la idea de un MINI “a la medida” del conductor.
MINI incluso ha ido más allá: Junto con la versión clásica y el MINI John Cooper Works (con el motor más fuerte jamás instalado en un MINI), la marca también ha apostado fuerte por la electrificación, presentando recientemente en Chile el MINI John Cooper Works Eléctrico.
El clásico “Go-kart feeling” en clave actual
El corazón del modelo son sus motorizaciones de combustión, con potencias que van desde los 156 hasta los 230 HP, siempre con tracción delantera.
Asociadas a transmisiones Steptronic de doble embrague de siete velocidades, estas mecánicas permiten cifras de aceleración competitivas y una respuesta acorde con la reputación dinámica de la marca.
MINI insiste en su ya tradicional “go-kart feeling”: centro de gravedad bajo, voladizos cortos y una puesta a punto del chasis pensada para ofrecer reacciones vivas y una dirección precisa. En la práctica, esto se traduce en un compacto que invita a disfrutar las curvas, las rotondas y los cambios de ritmo, incluso en trayectos cotidianos.
En un entorno cada vez más orientado a la maximización del espacio y la altura, el MINI Cooper 3 puertas mantiene viva la idea de que todavía hay lugar para los autos que se eligen por su carácter, su
historia y su forma de conducir. Un pequeño rebelde que no compite por ser el más grande, sino por seguir siendo inconfundible.


