Demaria logra su objetivo: no sólo finaliza el Desafío del Desierto sino que además obtiene el quinto lugar en la general.
- El piloto terminó los tres días de la dura competencia en su buggy subiéndose al podio y obteniendo la primera copa tras el grave accidente que tuvo en 2012.
Con la firme convicción de que los límites son mentales, Fernando Demaria, el medallista de oro y plata en los mundiales de Enduro de México y Finlandia y que estuvo alejado de las pistas luego de un accidente que lo dejó tetrapléjico, regresó este fin de semana a las pistas con el sueño de situarse entre los 10 primeros pilotos de su categoría en el exigente Desafío del Desierto, la competencia de Rally Cross Country con más trayectoria en Chile.
Demaria cumplió su objetivo, logrando terminar los tres días de la dura competencia en su buggy, cruzando el desértico paisaje de Iquique y Pica en la Región de Tarapacá.
El ex seleccionado nacional de Enduro corrió junto a su copiloto Diego de Urruticoechea y su participación no estuvo exenta de complicaciones. El primer día tuvo que retirarse en el kilómetro 95, cerca de la mitad de la ruta, porque la correa de su vehículo se rompió dos veces.
En la segunda etapa, la del domingo, tuvo problemas mecánicos con la transmisión, pero aún así logró finalizar los 280 kilómetros de la ruta, gracias a que se preocupó especialmente de cuidar la correa del vehículo.
En la última etapa largó a las 11.30 de la mañana con la firme convicción de terminar la carrera y finalizó cuarto, sumando puntos para obtener el quinto lugar de la categoría UTV Novicios.
Con este resultado se subió al podio y recibió su primera copa tras el accidente de 2012. Además, de no haber sufrido una penalización de 30 minutos por saltarse un par de waypoints, podría haberse situado en el cuarto lugar de su categoría.
“Fue una muy buena competencia por la gran experiencia adquirida, los buenos resultados y especialmente por haber cumplido mi objetivo principal de terminar la carrera, que fue muy dura. En estos días aprendí más de lo que lo hice en un año. Ahora seguiremos adelante, participando en nuevas carreras para complementar y mejorar el manejo y el aspecto mecánico”, explicó Demaría.
Un desafío tras otro
Luego de cinco años alejado de las carreras tras el accidente que lo dejó con tetraplejia C5*, sus largas horas de rehabilitación fueron dando frutos.
Los informes médicos eran lapidarios incluso dudando de su capacidad de manejar su propia silla de ruedas pero a tan solo 6 meses del accidente Nano comenzó a manejar su camioneta (especialmente acondicionada) y con ello logró una anhelada independencia. Poco a poco fue realizando actividades impensadas tras su diagnóstico: paracaídas, buceo, y hand cycling, los que comenzaron a abrirle el apetito de volver sentir la adrenalina que había perdido tras el accidente, las puertas al regreso a la competencia.
Su primera carrera fue en el 2015 en GP Dunas de Putú en un Buggy recreacional y logró un 10º lugar entre más de 30 competidores.
El año pasado finalmente volvió arriba de un buggy Polaris RZR Turbo capaz de llegar de 0 a 100 Km por hora en 4 segundos, Con este nuevo vehículo ha trabajado durante más de 1 año para lograr las mejoras en dirección y frenos que le permitieran tener un 100% de control.
Con la confianza en los entrenamientos realizados y su plan de re acondicionamiento físico en la Clínica Alemana, este 2018 cumplió con su objetivo al finalizar quinto en el Desafío del Desierto. Recorrió más de 600 Km de especiales cronometradas, compitiendo de igual a igual a los otros pilotos: “La tetraplejia no es un impedimento para competir”, aseguró.
Nota: la tetraplejia C5 es una lesión muy alta en la cervical que afecta a toda la musculatura desde los hombros hacia abajo. Ni los tríceps ni los abdominales le responden como tampoco sus muñecas y dedos por lo que manejar en forma autónoma un Buggy de carrera lo transforma en un caso inédito a nivel mundial.